
Las enfermedades infecciosas se encuentran entre las principales causas de mortalidad y de discapacidad en todo el mundo.
Se calcula que las infecciones bacterianas farmacorresistentes causan directamente 1,27 millones de muertes y contribuyen a unos 4,95 millones de muertes al año, con la mayor carga en entornos con recursos limitados. En el contexto de esta importante amenaza sanitaria mundial, las enfermedades fúngicas invasivas (IFD) están aumentando en general y, en particular, entre las poblaciones inmunodeprimidas. El diagnóstico y el tratamiento de las enfermedades fúngicas invasivas dificultados por el acceso limitado a diagnósticos y tratamientos de calidad, así como por la aparición de resistencia a los antifúngicos en muchos entornos.
A pesar de la creciente preocupación, las infecciones fúngicas reciben muy poca atención y recursos, lo que lleva a un desconocimiento sobre la distribución de las enfermedades fúngicas y los patrones de resistencia a los antifúngicos. En consecuencia, es imposible estimar su carga exacta.
En 2017, la OMS elaboró su primera lista de patógenos bacterianos prioritarios (WHO BPPL; Inspirándose en la BPPL, la OMS ha elaborado ahora la primera lista de patógenos fúngicos prioritarios (WHO FPPL). La FPPL de la OMS es el primer esfuerzo mundial para priorizar sistemáticamente los patógenos fúngicos, teniendo en cuenta sus necesidades insatisfechas de I+D y su importancia percibida para la salud pública. La FPPL de la OMS pretende de la OMS tiene como objetivo centrar e impulsar nuevas intervenciones de investigación y políticas para fortalecer la respuesta mundial a las infecciones fúngicas y la resistencia a los antifúngicos.
El desarrollo de la lista siguió un enfoque de análisis de decisiones multicriterio (MCDA). El proceso de priorización se centró en los hongos patógenos que pueden causar infecciones fúngicas sistémicas invasivas agudas y subagudas para los que existe resistencia a los fármacos u otros problemas de tratamiento y gestión. Los patógenos incluidos se clasificaron y luego se clasificaron en tres grupos de prioridad (crítica, alta y media). El grupo crítico de crítico incluye Cryptococcus neoformans, Candida auris, Aspergillus fumigatus y Candida albicans. El grupo alto incluye Nakaseomyces glabrata (Candida glabrata), Histoplasma spp, agentes causantes de eumicetos, Mucorales, Fusarium spp., Candida tropicalis y Candida parapsilosis. Por último, los patógenos del grupo medio son Scedosporium spp., Lomentospora prolificans, Coccidioides spp., Pichia kudriavzeveii (Candida krusei), Cryptococcus gattii, Talaromyces marneffei, Pneumocystis jirovecii y Paracoccidioides spp.
Este documento propone acciones y estrategias para los responsables políticos, los profesionales de la salud pública y otras para los responsables políticos, los profesionales de la salud pública y otras partes interesadas, con el fin de mejorar la respuesta global a estos hongos patógenos prioritarios, incluyendo prevenir el desarrollo de resistencia a los medicamentos antifúngicos. Se proponen tres áreas principales de actuación, (1) fortalecimiento de la capacidad de los laboratorios y la vigilancia; (2) inversiones sostenibles en (2) inversiones sostenibles en investigación, desarrollo e innovación; y (3) intervenciones de salud pública.
Se anima a los países a mejorar su capacidad de diagnóstico micológico para gestionar las infecciones fúngicas y para realizar la vigilancia. En la mayoría de los contextos, esto podría requerir un enfoque gradual. Es necesario de inversiones sostenibles en investigación, desarrollo e innovación. Se necesitan más inversiones en investigación micológica básica, I+D de medicamentos antifúngicos y diagnósticos. Se necesitan enfoques innovadores para optimizar y estandarizar el uso de las modalidades de diagnóstico actuales a nivel mundial. Además, se necesitan intervenciones de salud pública para resaltar la importancia de las infecciones fúngicas, incluyendo la incorporación de las enfermedades fúngicas y los patógenos prioritarios en los programas de formación médica (clínica) y de salud pública y los planes de estudio en todos los niveles de formación. Asimismo, es necesaria la colaboración entre sectores para abordar el impacto del uso de los antifúngicos en la resistencia en todo el espectro de One Health.
Por último, hay que tener en cuenta las variaciones regionales y los contextos nacionales al aplicar la aplicación del FPPL de la OMS para informar sobre las acciones prioritarias.
Traducción del resumen ejecutivo del texto original: WHO fungal priority pathogens list to guide research, development and public health action
PRIMERA LISTA PRIORIDAD HONGOS PATÓGENOS